Sunday, January 01, 2006

Proyecto efectivo contra la pobreza

El Nuevo Día, Sábado, 10 de diciembre de 2005
Por José Javier Pérez
end.jperez@eInuevodia.com

El proyecto de las Comunidades Especiales ha tenido el efecto de mejorar el ánimo de la gente, devolver la dignidad y despuntar el liderato y la autogestión comunitaria, concluyó un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Los resultados de este estudio, que evaluó el progreso del que fue el principal proyecto social de la administración de la gobernadora Sila M. Calderón, se dan a conocer cuando casi la totalidad de los $1000 millones del Fideicomiso Perpetuo para las Comunidades Especiales están comprometidos.

“Esto plantea la pregunta sobre si ese fondo se volverá a nutrir y cuál será la política pública del gobierno al respecto”, dijo Marcia Rivera coordinadora del estudio. Los resultados también se publican en medio de críticas a la presente administración por su alegado desvinculamiento del proyecto de las Comunidades Especiales, según dijeron a El Nuevo Día cuatro miembros de la Alianza de Líderes Comunitarios, una iniciativa que surgió de los portavoces de las comunidades incluidas en el proyecto. “Ha habido un distanciamiento de esta administración hacia las comunidades especiales y los proyectos de infraestructura que se comenzaron están estancados”, dijo Tito Figueroa, líder de la comunidad especial Toro Negro en Ciales.

El estudio de la UNESCO -que había sido encomendado por Calderón durante los últimos meses de su mandato- se realizó entre noviembre de 2004 y junio de 2005 y fue liderado por Bernardo Kliksberg, una autoridad internacional en gerencia social, asesor de presidentes latinoamericanos y autor de 40 libros sobre temas relacionados. El reporte, de 700 páginas, indica que el 84% de los líderes de las 686 comunidades identificadas como con necesidades o características especiales se siente ahora más orgulloso, más confiado y deseoso de continuar viviendo en sus comunidades. Para el estudio se entrevistó a 1,000 líderes de un total de 2,800.

Asimismo, esos líderes consultados indicaron que se sienten fortalecidos y expresan tener más confianza en las iglesias y sus vecinos, que en los dirigentes políticos de su entorno. “Se nota un restablecimiento en la institución del vecino”, dijo Kliksberg, quien destacó ayer que el proyecto de las Comunidades Especiales es uno de los más avanzados que haya visto. El estudio destaca además que, tras la implantación del proyecto, incrementó la organización formal comunitaria. Por ejemplo, 400 de las 686 comunidades organizaron sus juntas vecinales y muchas de estas incluso se incorporaron en el Departamento de Estado. Esto último les permitiría someter propuestas y solicitar otro tipo de ayudas, dijo por su parte, Julia Torres, coordinadora general de la Oficina de Comunidades Especiales. El estudio evaluó otras variables cualitativas que dan cuenta de un fortalecimiento en las comunidades y un incremento en el sentimiento de solidaridad e interacción vecinal.

“Antes se sentían abandonados por la sociedad, por el gobierno; se sentían aislados e imperaba el ‘sálvese quien pueda’. Pero ahora, E 84% dice que se siente muy bien y orgulloso”, dijo Kliksberg. Pero el informe recoge también problemas como la falta de integración del programa con alcaldes y legisladores. Asimismo, reseña la falta de iniciativas e instalaciones para envejecientes, falta de oportunidades de empleo, ausencia de áreas recreativas, falta de instalaciones para la transportación pública; ausencia de oportunidades educativas y presencia en las comunidades de usuarios de droga. También, a pesar de los avances en la autogestión comunitaria, el estudio señala que la desigualdad y la pobreza imperan. Aunque la Isla tiene altos niveles de ingreso per capita en comparación con otros países de América Latina y el Caribe, casi la mitad dE la población vive bajo niveles de pobreza. Mientras, su coeficiente de desigualdad social es de los más altos del mundo, indica el estudio.

Puerto Rico es el lugar más pobre de Estados Unidos: el 46% de la población si se consideran las ayudas federales. Pero si éstas no s incluyen, el nivel de pobreza sería de un 65%, dijo Kliksberg. Sólo cuatro de los 3,000 municipios de Estados Unidos tienen niveles de pobreza superiores a Puerto Rico. Esos cuatro municipios sor reservaciones indígenas, indicó. Reducir la pobreza y la desigualdad no sólo debe ser un objetivo para mejorar las condiciones de la vida cotidiana sino que su existencia constituye un obstáculo al crecimiento y desarrollo de los países, dijo Kliksberg.